El Colegio Australiano Campestre nació del sueño compartido del doctor Alejandro Ángel y la familia Moreno: crear una escuela donde el bienestar y la exigencia académica no compitieran entre sí, sino que se alimentaran mutuamente. Una escuela que educara sin fragmentar al ser humano, donde la pregunta y el vínculo tuvieran tanto valor como el contenido.
Pero el Sistema Clúster no es el fin: es una herramienta al servicio de nuestro propósito mayor. Hoy, con los aprendizajes alcanzados en 2025, seguimos siendo lo que siempre quisimos ser: una comunidad que enseña con el corazón y con criterio, que cree en el trabajo en equipo, en la calidad humana y en una educación transformadora. Nuestro modelo puede parecer riguroso por fuera, pero gira alrededor del estudiante, de su proceso, de sus competencias y de su dignidad. Seguimos preguntándonos, afinando lo que hacemos, y sobre todo, recordando por qué empezamos.
Desde sus primeras fases, acompañadas por el licenciado Jairo Muñoz, el proyecto fue construyendo las bases filosóficas que aún hoy nos definen: la centralidad del estudiante, la comunidad como espacio ético, y el aprendizaje como experiencia significativa, rigurosa y situada. Con los años, el colegio fue creciendo, y también enfrentando desafíos, y fue precisamente en la adversidad —durante la pandemia— cuando esa promesa se puso a prueba. Frente al aislamiento y la fragilidad del momento, dimos un giro profundo: redefinimos nuestras estructuras, creamos nuevas formas de acompañar, y sembramos el germen del Sistema Clúster, que hoy da coherencia a nuestra forma de enseñar, evaluar y convivir.

Formar estudiantes íntegros desde un modelo por competencias centrado en el bienestar.

Ser referentes en innovación educativa para 2028.

Respetamos el ritmo del estudiante, valoramos la pregunta y enseñamos desde el vínculo humano.
Enseñamos a nuestros estudiantes a hacerse preguntas, a argumentar con criterio y a transformar su entorno con ideas sólidas. La ciencia es pensamiento crítico en acción
Para quienes sienten, imaginan y se expresan a través del arte. Esta escuela cultiva la sensibilidad, la creatividad y la conexión con los demás.
Para quienes quieren liderar, comunicar y moverse con propósito. Se fortalece la autoconfianza, la comunicación efectiva y el liderazgo.